- Elevada conductividad térmica, baja presión de vapor y alto calor específico, así como elevada estabilidad a la oxidación. Fluido técnicamente idóneo y de elevado rendimiento, para los sistemas de transferencia de calor.
- Gran estabilidad química y resistencia a altas temperaturas, disminuyendo la formación de depósitos en el sistema y permitiendo períodos de cambio más largos.
- Baja viscosidad en frío. Reducción de los gastos de bombeo, ya que las pérdidas por rozamiento disminuyen.